Historia
El perro de montaña de Appenzeller es una raza de perro antigua originaria de los Alpes suizos. Existen diferentes opiniones sobre el origen de estos animales. Por ejemplo, los investigadores Anne Rogers Clark y Andrew H. Brace creen que estos perros grandes y amables descienden de los perros pastores romanos. Los romanos los trajeron de regreso durante las conquistas del sucesor de Julio César, Octavio Augusto, y luego a los lugareños les gustaron mucho estos útiles animales.
Debido a su tamaño, se usaban no solo para pastorear ganado, sino también para otros fines: proteger fincas e incluso un perro de tiro capaz de mover cargas en pequeños carros. Ahora hay cuatro razas nativas de perros de montaña en los Alpes suizos, y el perro de montaña de Appenzeller es el más raro. Las primeras referencias serias en la literatura se pueden encontrar a mediados del siglo XIX, pero solo en 1989 la raza fue reconocida oficialmente por organizaciones internacionales. Además, si la Federación Cinológica Internacional los clasificó como perros de ganado, el American Kennel Club no los reconoció en absoluto, como algunos otros clubes de habla inglesa.
Descripción
Son perros grandes con un pecho poderoso y bien desarrollado, constitución musculosa y patas fuertes de longitud media. Tienen un cuello grueso, las orejas son triangulares, inclinadas hacia adelante, cayendo sobre las mejillas. La cola está enrollada y enrollada como de costumbre. El color es tricolor – negro-blanco-marrón.
Personalidad
La raza Appenzeller Mountain Dog se distingue no solo por su fuerza, sino también por su amabilidad. Si tiene una familia numerosa, esta persona afable tiene la garantía de ser el mejor amigo de los niños.
En la mente de un perro, la responsabilidad por las ovejas o las vacas es similar a la responsabilidad por un niño. Por cierto, Appenzeller Mountain Dog se toma muy en serio esta responsabilidad. Tan grave que para proteger la manada que se le ha confiado y, además, para proteger a los niños y su familia, el perro está dispuesto a dar la vida.
El perro necesita una socialización temprana: conocer a diferentes personas, sus olores y emociones; de lo contrario, puede volverse demasiado desconfiado y mostrar una mayor agresividad y ansiedad incluso en ocasiones menores. Esto significa que tanto sus vecinos como sus invitados se sentirán incómodos y su paz tampoco aumentará.
El perro de montaña Appenleller tiene una enorme cantidad de energía interna y necesita una actividad constante. Entrenar, dar largos paseos, jugar con los miembros de su familia y otros perros es lo que necesita.
Formación
Los perros de este tipo ciertamente necesitan tanto el desarrollo de la obediencia como el entrenamiento de las órdenes, que proporcionarán el alimento necesario para la mente y el cuerpo. Los equipos de enseñanza, la crianza y la socialización deben comenzar a una edad temprana, alrededor de los 5-6 meses. Entonces, el entrenamiento será más efectivo y el éxito será más pronunciado.
El Appenzeller Mountain Dog es un perro muy inteligente y de ingenio rápido, aprende rápido y aprende bien los comandos. Si haces todo con amabilidad y sin nervios, no habrá problemas en la crianza, ya que esta raza por defecto tiene un carácter obediente e inquisitivo.
Gradualmente, se pueden agregar limitaciones formativas al proceso de aprendizaje. Es decir, no dé lo que quiere hasta que la mascota lo haga bien, pero demuestre la voluntad de proporcionárselo. El ejemplo más simple es un regalo después de la ejecución exitosa de comandos, y su ausencia si no.
Cuidado
El perro de montaña de Appenzeller no necesita un cuidado demasiado complicado del pelaje, ya que no es largo. Con cepillado una vez por semana será suficiente. Asegúrese de mantener las uñas de su perro cortadas y las orejas y los ojos limpios. Necesitas bañar a tu mascota al menos una vez a la semana, y preferiblemente dos.
Enfermedades comunes
Los perros de la raza Appenzeller Mountain Dog se distinguen por una excelente salud y resistencia. Tienen un excelente metabolismo, altos niveles de energía y buena inmunidad, por lo que es poco probable que tengas que visitar a un veterinario a excepción de las vacunas necesarias.